Este artículo analiza la importancia de los valores en el ejercicio del Trabajo Social, destacando su papel en la organización, movilización e integración de personas, grupos y sociedades para promover el bienestar y su distribución equitativa. Enfatiza en la necesidad de que los trabajadores sociales adopten una actitud crítica y flexible ante los paradigmas tradicionales, transformándose en agentes de cambio capaces de comprender la realidad social y de apoyar a los sectores más vulnerables.